lunes, 8 de febrero de 2010

Reflexión matutina


Hoy me lo he cogido de fiesta para cerrar unos temas pendientes y he tenido la oportunidad de pasear por el paseo marítimo de la población en la que resido desde hace un tiempo, y me he dado cuenta de lo fácil que es pensar cuando lo único que se escucha es el ir y venir de las olas y en algunos casos el viento rompiendo contra los espigones. Dentro de un par de meses ya no será posible disfrutar de esta sensación, ya que todo se empezará a llenar de gente y con los murmullos se silenciaran estos sonidos. Realmente si se pudiera recrear esta sensación en un entorno cerrado sería una propuesta muy creativa, ya que facilitaría que nos concentrásemos y pudiéramos pensar de forma eficiente…. En fin; tan sólo es una reflexión. ¡Ups! Se me olvidó decir que la población era Cambrils.

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