🔥 Cuando el Black Friday aprieta, la cadena de suministro habla claro
Hay un momento cada año en que la cadena de suministro deja de ser un diagrama bonito en PowerPoint y se convierte en un ser vivo que respira, se contrae y se estresa. Ese momento tiene nombre: Black Friday 🛒⚡
Pero seamos honestos: esto no pasa solo en Black Friday.
Rebajas, lanzamientos de producto, picos estacionales, campañas inesperadas… la presión aparece varias veces a lo largo del año.
La diferencia es que Black Friday es el examen final...
💣 La paradoja del “éxito”
Durante el Black Friday, el éxito comercial tiene un coste: la tormenta operativa.
- Los picos dejan de ser picos y se convierten en saltos al vacío:
- Inventarios que bajan como si tuvieran un agujero 🕳️📦
- Centros logísticos reorganizando turnos y layouts sobre la marcha 🔧🏃
- Transportistas que prometen más capacidad de la que la realidad permite 🚚💥
- Los modelos predictivos ayudan… pero el consumidor ese día va por libre.
🚫 El mito del “pipeline infinito”
Black Friday recuerda algo incómodo: la capacidad no es infinita.
Ni las máquinas, ni las personas, ni las redes de distribución lo son.
Las organizaciones que resisten no son las que acumulan stock, sino las que diseñan resiliencia:
- Redundancias pequeñas pero decisivas 🔄
- Diversificación de proveedores y carriers 🌍
- Decisiones en minutos, no en días ⏱️
- Equipos entrenados para pensar bajo presión 🧠⚙️
⚠️ La verdad incómoda
El Black Friday no rompe cadenas de suministro.
Solo acelera la rotura de las que ya estaban agrietadas durante todo el año.
Por eso, más que un evento comercial, es un espejo brutal.
No pregunta “¿estás preparado?”, sino algo más profundo:
🤔 ¿Qué versión de tu cadena de suministro quieres que se revele cuando llegue la próxima ola —porque vendrá—?
